Un padre siempre aprende de un Hijo, pero un hijo siempre obedece a sus papás.
Cómo decírselo a tus padres
QUÉ SE PUEDE ESPERAR
Fases o etapas más comunes
El propósito de este texto es informar a los jóvenes gays y lesbianas sobre el
proceso que siguen la mayoría de los padres cuando descubren que su hijo/a es
homosexual.
Las etapas que se explicarán son: sorpresa/escándalo, negativa, culpabilidad,
expresión de sentimientos, adopción de medidas personlaes, aceptación plena.
El proceso asume que has considerado ya si decirlo o no decirlo en casa y que tu
decisión ha sido afirmativa. El enfoque y las sugerencias del texto que viene a
continuación están basadas en la suposición de que sospechas que uno o ambos
padres lo comprenderán, y si no te apoyan, sólo se trata de darles el tiempo
adecuado.
Este texto no te servirá si tienes reservas serias sobre tu capacidad para
solucionar algunos problemas y sobre todo si sospechas que tus padres podrían
tomárselo a la tremenda y romper la relación contigo.
Ellos atraviesan las etapas de diferente forma
Cuidado: cada familia es única. Aunque la mayoría siguen las etapas planteadas
aquí, siempre pueden surgir particularidades de tus propios padres. Las
sugerencias que se darán aquí están sacadas de conversaciones con padres que
han asistido a Padres de Filadelfia y reuniones de Amigos de Gays y Lesbianas.
Pocos padres son los que se adaptan perfectamente a la descripción siguiente.
Estando preparado y prevenido en cómo responder de manera eficaz te permitirá
dar el gran paso con un cierto grado de conocimiento.
PREGUNTAS QUE TE DEBES HACER A TÍ MISMO
Ten las ideas claras.
¿Estás seguro de tu orientación sexual?
No creo que sea el momento adecuado si no vas a ser capaz de responder con
seguridad a la pregunta ¿Estás seguro? Tu confusión aumentará la confusión de
tus padres y decrementará la confianza en tu opinión.
¿Te sientes cómodo siendo gay?
Si todavía estás luchando contra los períodos de culpabilidad y/o depresión, será
mejor que esperes antes de decírselo a tus padres. El decírselo puede requerir un
tremendo esfuerzo por tu parte; y también requerirá una imagen de tí mismo
positiva.
¿Tienes alguien en quien apoyarte?
En el caso de que la reacción de tus padres sea excesivamente brusca, deberías
tener un grupo o un confidente en quien confiar y recibir apoyo emocional.
Es
importante que mantengas firme tu personalidad.
¿Estás bien informado sobre la homosexualidad?
Es muy probable que tus padres te rebatan en base a informaciones adquiridas
desde la sociedad homofóbica. Si has leído sobre el tema, estarás mejor
preparado para ayudarles a cambiar su punto de vista y obtener una información
fiable.
¿Cómo es el ambiente o clima en tu casa?
Si has decidido ya contarlo, debes buscar el momento oportuno. No debes elegir
momentos delicados tales como la muerte de un amigo cercano, una operación
pendiente o la pérdida de un trabajo.
¿Puedes ser paciente?
Tus padres van a necesitar tiempo para asimilar la información si ellos nunca se lo
han imaginado anteriormente.
El proceso puede durar desde seis meses hasta
dos años.
¿Cuál es el motivo de que hayas decidido decírselo ahora?
Sería deseable que esto fuera porque los quieres y porque te sientes incómodo
con la distancia que sientes. Nunca debes decírselo en un enfado o durante una
discusión, utilizando tu sexualidad como arma.
¿Tienes suficientes recursos?
La homosexualidad es un tema del que la mayoría de gente heterosexual sabe
bien poco.
Deberías tener disponible al menos algo de lo siguiente: un libro
dirigido a padres de gays y lesbianas, una dirección de alguna asociación de
Padres y Amigos de gays y lesbianas (bien sea local o nacional) o el nombre de
un heterosexual confidente que pueda apoyarte.
¿Dependes económicamente de tus padres?
Si sospechas que ellos son capaces de dejar de pagarte los estudios o forzarte a
abandonar la casa, puedes elegir esperar hasta que ellos no tengan este arma
para detenerte.
¿Cómo es tu relación en general con tus padres?
Si has llevado una buena relación con ellos lo más probable es que ellos sean
capaces de entenderlo de forma positiva.
¿Cuál es su visión sobre la moral?
Si ellos tienden a ver las cuestiones sociales en términos de buenos / malos o
santos / pecadores puedes sospechar que ellos van a tener serios problemas en
aceptar tu sexualidad. Si, por el contraio, ellos evidencian un cierto grado de
flexibilidad cuando tratáis otros temas sociales, puedes preveer un apoyo positivo
para trabajar contigo en tu sexualidad.
¿Es ésta tu decisión?
No todo el mundo debería decírselo a sus padres. No te sientas presionado, si no
estás seguro, es mejor que lo dejes sin que te importe cuál sería su respuesta.
ELLOS SENTIRÁN UNA PÉRDIDA
Los padres y los hijos cambian sus roles.
Cuando se lo digas a tus padrés, podrás notar cómo los papeles de padre hijo se
invierten durante un tiempo. Ellos necesitarán aprender de tu experiencia. Del
mismo modo que ellos escuchan tus argumentos, debes presumir el papel de
padre y dejarles tiempo para expresar sus sentimientos y progresar hacia los
nuevos conocimientos.
Esto no será fácil. Querrás que ellos lo comprendar y que capten esta parte
importante de tu vida en ese momento.
Será fácil que te impacientes. Necesitarás repetir muchas veces las mismas
cosas, el que ya les hayas explicado algo no significa que ellos lo escucharan. Su
comprensión evolucionará lentamente - muy lentamente - al principio. Sus
reacciones emocionales avanzarán del mismo modo que sus comprensiones
intelectuales.
Déjales tiempo y espacio.
Ten en cuenta tu propia progresión: ¡has estado
trabajando sobre esto durante años! Aunque los puntos que tus padres deben
asumir son parecidos a los que asumiste tú, la diferencia es que tú estás más
avanzado que ellos en el proceso. Sé paciente.
La separación y la pérdida
Muchas familias toman las noticas como una pérdida temporal - casi como una
muerte - del hijo o hija que ellos han conocido y querido. Elizabeth Kubler-Ross
describe las etapas relativas a la muerto de un ser querido como una negativa, el
enfado, la transición, la depresión y la aceptación. Del mismo modo ocurre aquí, la
primera reacción de los padres de gays y lesbianas es un sentimiento de
separación y pérdida.
Recuerdo que una mañana mi hijo preparaba el desayuno en la cocina. Me senté
en la mesa de la cocina a leer el periódico. Le miré y quise decirle: "No sé quién
eres, pero quiero que te vayas y dejes que mi hijo Ted vuelva".
Los padres experimentan una pérdida cuando su hijo se lo dice, pero lo más
probable es que sea simplemente una etapa de transición.
No existe un patrón a seguir
Aunque las etapas que aquí se describen se pueden aplicar a la mayoría de la
gente, no hay un patrón para todos. A veces alguna de las etapas funcionan mal,
otras desaparecen. Algunos avanzan las etapas en meses, mientras que otros
tardan años. Unos pocos - frecuentemente debido a la lástima de sí mismo - no
progresan del todo. De todos modos, el sentimiento inicial es comúnmente una
pérdida.
La mayoría de los padres creen saber y comprender a sus niños desde el día en
que nacen. Incluso aunque se aferren a historias viejas - y se sientan a veces
confundidos al hablar sobre ellos - la mayoría saben qué es lo que va en el interior
de sus niños.
Ellos pierden poco a poco la percepción que tenían sobre sus hijos y
todavía no saben muy bien si les gustará la persona real que está reemplazando
esas percepciones. Son estos los que experimentan un choque mayor cuando su
hijo se lo dice y probablemente son quienes más sufren el sentimiento de pérdida
y rechazo.
No sienten que se están separando de su hijo, sino que su hijo se ha separado
intencionadamente de ellos.
Un descubrimiento traumático
Ellos sienten la separación - aquella que tú probablemente sentías durante años -
por primera vez. Es un descubrimiento traumático. Con la comprensión y la
paciencia en todas las facetas esa relación puede restaurarse. De hecho, en la
mayoría de los casos mejora porque se basa en la honestidad mutua.
FASE 1: EL SHOCK
Si ellos ni se lo imaginan
Este estado inicial de shock puede preveerse si sospechas que tus padres no
tienen ni idea de lo que eres. Puede durar desde diez minutos hasta una semana,
y normalmente desaparece en pocos días. El shock es una reacción natural que
todos hemos experimentado alguna vez (y que necesitamos a veces) para evitar
una angustia aguda y un descorazonamiento.
Explica que no has sido capaz de ser totalmente sincero con ellos y que te
disgusta la distancia que ha habido durante años. Afirma que los quieres. Dilo en
más de una ocasión. Aunque ellos pueden no responder positivamente al principio
a tu muestra de afecto, ésta tendrá sus efectos con las horas, cuando ellos estén
solos y piensen sobre el tema.
Debes recordarles que eres el mismo de siempre, el mismo de ayer "Vosotros me
queríais ayer, antes de decíroslo; yo no he cambiado desde entonces. Soy la
misma persona hoy que la que era ayer."
Algunos padres ya lo saben
Ocasionalmente, algunos padres pueden no sufrir el shock del todo: "Siempre
supe que eras diferente; lo consideré como una posibilidad. Está bien, yo te
quiero. Tendrás que ayudarme a entenderlo y aceptar la realidad." A veces ellos
dicen, "Lo sabemos desde hace tiempo porque te dejaste una carta encima de la
mesa el verano pasado, hemos estado esperando a que nos lo dijeras". En esos
casos tu tarea será mucho más fácil, ya que ellos ya habrán atravesado por sí
mismos algunas de las etapas.
FASE 2: LA NEGATIVA
Una forma de protegerse mediante la amenaza
La negativa ayuda a protegerse a una persona cuando recibe un mensaje
doloroso o amenazador. Es diferente que el shock porque indica que la persona
ha oído el mensaje y que está intentando construir un mecanismo de defensa
contra él.
Las respuestas de negativa toman muchas formas: la hostilidad ("Ningún hijo mío
va a ser raro"), oidos sordos ("Está bien, cariño, ¿qué quieres para cenar?"), el
pasotismo ("Si eliges ese estilo de vida, no quiero oir nada referente a eso"), o el
rechazo ("Es sólo una fase, lo superarás").
Esta percepción de la orientación homosexual está distorsionada por los mensajes
que ellos reciben y aceptan de la sociedad homofóbica. La manera en que se
expresa la negativa puede tomar forma desde un hipnotismo tranquilo, el griterío o
los lloros histéricos. Muchos padres eligen una forma a medio camino entre
ambias; ellos gritan frecuentemente.
Pensamos que estaba confundido
Mi esposa y yo estábamos seguros de nuestro hijo había sido captado por algún
colectivo de liberación gay y que se unió a ellos porque parecía peligroso y
excitante. Nosotros pensamos que se sintió atraído por los medios de que
disponía la homosexualidad y que con la madurez sabría lo que realmente quería.
Insistimos en que fuera al psicólogo a consultar sus enfados durante el último
años. Pedimos cita con el doctor en consultas separadas. Después de dos o tres
visitas, el psicólogo desmenuzó nuestro mecanismo de defensa: "He aconsejado a
muchos jóvenes gays y estoy convencido de que esto no es una etapa transitoria;
mis conocimientos me dictan, su hijo es gay."
Si ellos quieren aconsejarte
Deberías estar preparado para sugerir el nombre de uno o dos confidentes si tus
padres piensan que su consejo te ayudará a aclarar tu confusión. Sería bueno
sugerir una persona heterosexual, pues ellos pensarán que se trata de un punto
de vista más objetivo. Ellos, aún así, pueden creer que hay determinados terrenos
en los que no necesitan ayuda. Sin embargo, en el fondo, no pondrán pegas en
hablar con alguien más.
Tus padres pueden necesitar ayuda para separar los conceptos de lo que es
"normal" desde la "norma". Es probale que ellos piensen que la homosexualidad
no es normal. Puedes ayudarles explicándoles que aunque la homosexualidad no
es lo normal, es lo que a tí te resulta natural. Indica que toda creación tiene
excepciones que confirman la regla, mientras que la mayoría de la gente es
diestra, algunos son zurdos; aunque la mayoría de la gente tiene los dos ojos del
mismo color, algunos tienen colores diferentes en cada ojo.
Ellos necesitan empezar a entender que aunque tu orientación sexual no es lo
normal, es algo natural y honesto para tí.
La ruptura mediante la negativa
Si su negativa toma la forma: "No quiero hablar sobre el tema", deberías tomar
una precavida iniciativa si ellos no han cambiado de idea en una semana. Puedes
sugerir el tema suavemente cuando estén más tranquilos.
"Papá, he estado esperando hablar contigo de esto durante años, por favor, no me
empujes fuera de tu vida. Yo te quiero y no puedo seguir sosteniendo esta carga".
Personaliza este mensaje de modo que consigas tocarle la fibra sensible.
No necesitas contarles más de lo que ellos te pregunten. Informarles de algunas
de tus experiencias les hará construir defensas todavía más fuertes. Contesta
únicamente a lo que te pidan; tendrán otras preguntas, pero más adelante. Es muy
probable que no sepan muy bien cómo preguntarte ciertas cosas, así que puedes
necesitar un pequeño tiempo aclaratorio antes de contestarlas.
Uno de los padres puede ser más lento
Estate preparado para dialogar con tus padres por separado si es necesario. La
mayoría de las parejas reaccionan ante estos hechos del mismo modo que en
otras cuestiones; uno toma la iniciativa en ideas y en soluciones. No descuides al
más lento de los dos.
No es infrecuente que las parejas tengan diferencias en su vida conyugal cuando
esto ocurre. El que parece adaptarse más rápidamente puede pensar que su
cónyuge disfruta con el sufrimiento; el que se adapta más lentamente puede
pensar que el otro ha ido demasiado lejos aceptando la situación.
Los padres que avanzan de forma diferente pueden experimentar tensión, tanto
expresada como si no la muestran.
FASE 3: LA CULPABILIDAD
Ellos sentirán que han hecho algo mal
La mayoría de la gente que toma contacto con la homosexualidad, inicialmente lo
percibe como un problema y se pregunta: "¿Cuál es su causa?". Creen que si
pueden localizar una causa, el encontrar una cura no debe andar lejos.
Para mí, la pregunta me la hice a mí mismo: "¿Qué fue lo que hice mal?" Buscaba
una causa genética o de entorno, y fácilmente me sentí culpable. Me cuestioné el
tipo de rol masculino que había enseñado; examiné mi masculinidad.
Durante un rato, sin importar desde qué angulo inspeccionaba la situación, creí ser
la fuente primaria del problema. Era un sentimiento demasiado avergonzante y
triste como para compartirlo con alguien más. Aunque ambos padres normalmente
se siente culpables, el padre, al ser del mismo sexo que el niño, probablemente lo
siente más.
Entonces un día mi exposa dijo: "No creo que sea razonable el sentirte culpable,
criaste a dos hijos, uno gay y el otro heterosexual. Debe haber otros factores a
tener en cuenta."
Los padres únicos se sienten todavía más culpables.
Es frecuente que los padres que educan a sus hijos solos se sientan todavía más
culpables a causa de una pérdida más cercana: la separación o divorcio de su
cónyuge: "Sabía que fracasaría: yo no podía ser padre y madre a la vez".
Cuando los padres se sienten culpables, son a la vez egocéntricos. Ellos no están
sensibilizados con lo que tú estás atravesando; en esta etapa están demasiado
pendientes de sí mismos como para prestarte atención.
Ya que ellos son tus padres, puede que no sean capaces de reconocer tu
sentimiento de culpabilidad. Esta no es una posición fácil de asumir por los
padres.
Coméntales que ellos no tienen la culpa
Puedes ayudarles de diferentes maneras. Asegúrales que la causa no es tan
simple como ellos pueden pensar. Diles que hay muchas teorías y que los
origenes de la homosexualidad no se conocen.
Déjales un libro orientado a los padres (un buen libro de bolsillo es:"Ahora que lo
sabes, qué es lo que todos los padres deberían conocer sobre la homosexualidad
("Now That You Know; What Every Parent Shoud Know About Homosexuality", by
Fairchild and Hayward; Harcourt, Brace, Jovanovich, 1979). Este libro puede
ayudarles en este punto porque puede ser visto como algo serio. Ten el libro
preparado para dárselo, no los manden a una tienda de libros gays para que ellos
lo busquen.
Llegados a este punto, pueden estar listos para hablar con tu confidente, algunos
buscarán a un sacerdote. Será difícil para tí apartarles de la persona que han
elegido, a pesar de que creas que esa persona no va a ser de ayuda. Si conoces
algúna asociación que haya ayudado a otros padres, ten el nombre de la
asociación a mano.
Una asociación gay puede ser capaz se ayudarles, pero se resistirán a entrar en el
"territorio enemigo". Facilítales el número de teléfono de la asociación Padres y
Amigos de Gays y Lesbianas local o dales el nombre de otros padres que
anteriormente han hablado con la asociación. No esperes que respondan
inmediatamente a tus sugerencias; su vergüenza y culpabilidad pueden retenerles.
Proveer esta información es como plantar una semilla y puede llevar tiempo el dar
su fruto.
FASE 4: SENTIMIENTOS EXPRESADOS
Ellos reconocen sus emociones
Cuando se hace evidente que la culpabilidad y la auto-incriminación no conducen
a nada, los padres están preparados para hacer preguntas, escuchar las
respuestas y reconocer sus sentimientos. Este es el punto en el que se producirán
los diálogos más productivos entre tú y tus padres.
A partir de ahora entrarán en juego un montón de sentimientos: "Estoy
desilusionado porque no tendré ningún nieto." "Por favor, no lo contéis a nadie de
la familia; no estoy preparado para afrontarlo con nadie más" " Me siento solo y
dolido; era mejor no saberlo." "¿Cómo nos has podido hacer esto?" "Me gustaría
estar muerto".
Ya que vivir en una sociedad homofóbica te ha llevado a experimentar varios de
esos sentimientos (aislamiento, miedo al rechazo, dolor, confusión, temor al futuro,
etc.) puedes compartir con ellos las coincidencias de tus propios sentimientos.
Aún así, déjales tiempo suficiente para que se expresen. No dejes que sus
necesidades se sobrepongan a las tuyas. Si no han leído un libro o hablado con
otros padres, sugiéreles de nuevo que sigan por esos caminos. Propónles leer y
discutir algún capítulo del libro con ellos o ir a una reunión de padres con ellos.
Angustia y dolor
Nuesto hijo Ted nos sugirió cautelosamente el conocer a su novio Dan. Al
principio, no teníamos interés en esa sugerencia, porque cuando cesamos de
culparnos por lo que había sucedido, comenzamos a culpar a Dan. Estaba furioso
porque esta catástrofe hubiera sucedido en nuestro hogar, estaba seguro de que
iba a arruinar nuestras vidas. Siempre pensé que éramos unos buenos padres, no
merecíamos esto. No solía expresar mi rencor hacia Ted, pero tenía que
afrontarlo.
La angustia y el dolor son probablemente los sentimientos más usuales. Son
también sentimientos externos que parecen más resentidos y crueles. Para que
tus padres progresen, es mejor comunicarlos que enterrarlos e intentar negar su
existencia. Te será difícil encauzarlos. Puedes estar tentado a abandonar,
lamentándote por haber empezado todo esto.
Una vez aquí, de todos modos, no hay vuelta atrás. Cuando ellos empiezan a
expresar estos sentimientos están en el buen camino.
FASE 5: TOMANDO DECISIONES
Los cruces del camino
A medida que el trauma emocional desciende, tus padres dialogarán cada vez
más razonablemente sobre el tema. Llegados a este punto es muy común que
vayan descartando algunas ideas anteriores.
Es como un cruce en el camino con diferentes trayectorias donde escoger. Cada
persona realizará una elección en el camino reflejo de la actitud que esté
preparado para tomar ante la situación.
Ambos padres no tienen por qué escoger necesariamente la misma trayectoria.
Hay muchos factores que influyen en la trayectoria a escoger. Leer sobre la
homosexualidad y hablar con otros padres fomentará probablemente el tomar una
posición más positiva. Su orientación religiosa jugará una baza importante. La
posición liberal o conservadora les limitará a la hora de tomar una postura.
Es importante recobrar la buena relación que tenías con tus padres. Para ello, una
variedad de factores afectará a cómo ellos toman una postura positiva. Aquí se
describen tres tipos de decisiones:
Positiva
La mayoría de los padres continúan queriendo a sus hijos de una manera que les
permite aceptar la realidad de la orientación sexual de su hijo. De hecho, ahora
que la relación entre padres e hijos está en un nivel de honestidad y sinceridad
mutua, la mayoría de los padres dicen que su relación con los hijos es mejor que
nunca. Muchos aspectos comienzan a ir mejor que antes.
Aunque ellos puede que hayan tenido algunos descuidos con anterioridad, los
padres positivos son cada vez más conscientes de tus necesidades. Ellos
comienzan a tener consciencia de los problemas que tienen que afrontar. Aunque
hemos tenido algunos descuidos últimamente, mi esposa y yo hemos empezado
ser más conscientes de las necesidades de nuestro hijo y de todo lo que ha
estado atravesando. De hecho, nos asombramos al ver cómo sobrellevó todas las
tensiones y problemas tan bien durante todos esos años.
Nuestra conciencia y el amor hacia él pronto nos involucró para empezar a
resolver algunos problemas en el esfuerzo de reducir algunas de aquellas
tensiones: una habitación individual en el colegio permitiría vivir su vida sin tener
que dar explicaciones a su compañero de cuarto. Dan empezó a estar invitado en
casa cada vez más a menudo y llegó a ser un miembro importante de nuestra
familia. Cuando Ted se lo dijo a su hermano, nosotros ya éramos capaces de
hablar con Louis y ayudar a Ted.
Alejándose
A veces los padres responden diciendo que es un punto que no requiere
discusión. Aunque ellos puedan hablar sobre el tema, son demasiado vulnerables
para ello. Ellos han avanzado hasta aquí y no tienen intención de avanzar más.
Esto no refleja necesariamente una actitud negativa hacia tí. Ellos conocen sus
limitaciones y no quieren ser empujados a sobrepasarlas. Aunque puedes respetar
su postura, puedes todavía esforzarte en hacer que avancen más.
Hazles saber que los quieres -de palabra y de hecho-. Cuidadosamente puedes
dejar caer conocimientos relativos a tu sexualidad; como p.ej. grupos gay a los
que pertenezcas (comunidad de vecinos, religiosos, deportivos). Hazlo de modo
que no sea un punto que os distancie.
Puedes hacerles conocer a alguno de tus amigos; las reuniones con otras
personas homosexuales (en grupos pequeños) ayudarán a romper estereotipos
que puedan tener.
La lucha constante
En algunos casos tu orientación sexual puede ser terreno abonado para las
contínuas disputas. Todo lo que hagas y digas será visto como un síntoma de tu
"problema". Las horas que te dedicas, tu lenguaje, elección de tu profesión, etc.
(Aún así, en verdad, puede reflejar un sentimiento de incapacidad personal de tus
padres).
Mientras estas condición existe, ambos padres y el jóven no están en ninguna
posición ventajosa. En general, si un padre adopta esta posición, el otro padre
puede tener dificultades en elegir su papel. Delante del joven pueden parecer
perfectamente comprensivos y compenetrados, pero a puerta cerrada pueden
estar totalmente en desacuerdo entre ellos.
Estoy convencido de que la mayoría de los padres que escuchan a otros padres
comprensivos en alguna conversación conjunta aumentan las probabilidades de
aceptarlo. Si ellos no quieren asistir a ninguna reunión, quizá puedan establecer
una conversación en un restaurante tranquilo. Si todos los intentos fracasan, no
debes dejar que la situación te derrumbe. Trata de encontrar a otro padre o a un
amigo al que dirigirte para conseguir ayuda.
Recaídas
Unas palabras sobre las recaídas serán de interés. La resolución de problemas y
el cambio de actitudes a menudo pueden compararse con el caminar dos pasos
hacia adelante y uno hacia atrás.
No es del todo infrecuente para los padres actuar de esta manera mientras tú
piensas que iban por delante. Déjales
tiempo. Esto puede desilusionarte si ocurre,
pero es una manera de cambio de actitud muy habitual.
FASE 6: LA ACEPTACIÓN PLENA
No todos los padres consiguen llegar tan lejos
Algunos padres consiguen llegar hasta aquí, la mayoría pueden querer a su hijo y
finalmente aceptar su vida. Muchos alcanzan el punto en el que se sienten
dichosos de que su hijo sea diferente. Estos padres afortunados ven la
homosexualidad como una expresión legítima de la sexualidad humana.
Cuando les preguntaron si desearían que su hijo pudiera cambiarse, ellos
respondieron: "Yo preferiría que cambiara la sociedad homofóbica de manera que
mi hijo pudiera vivir su vida sin rechazo y temor".
Los padres que llegan a esta fase muestran un sentimiento de culpabilidad, por
ser ellos parte de una sociedad homofóbica. Ellos reconsideran las bromas sobre
maricas que ellos han contado y reído durante muchos años. Empiezan a
comprender los problemas que ellos mismos crearon para su hijo. Esta
reconsideración de términos con sí mismos les permite ver la opresión de todos
los gays y lesbianas desde una posición brillante.
Es entonces cuando comienzan a hablar abiertamente sobre la opresión, hablan
con sus amigos sobre cómo involucrar a los educadores. Apoyan a los amigos
gays de su hijo o hija, y asisten a reuniones de padres para ayudar a otros padres.
En suma, llegan a comprometerse con una causa y a encontrar una forma cómoda
de contribuir. Algunos lo hacen abiertamente mientras que otros trabajan más
sosegadamente.
Nuestra propia historia
Dos años más o menos antes de saber lo de Ted, empezamos a sentir que
nuestro hijo estaba lejos de la familia. Pensamos que era simplemente una etapa
que estaba atravesando, y que tan pronto como él terminara la etapa, volvería su
sentido y su vida y volveríamos a estar juntos.
En un esfuerzo para intentar ayudarle, tratamos en diversas ocasiones acercarnos
a él. Durante un mes intentamos comportarnos como sus amigos, interesándonos
en lo que hacía y permitiéndole una cierta independencia. Cuando vimos que eso
no funcionaba, intentamos hacerle entrar en razón plantándole cara y
pidiéndoselo. Para nuestra total frustración, ninguna de las dos cosas funcionaron.
Mi esposa llegó a ser cada vez más consciente de que estábamos perdiéndole.
Aquello que pensábamos se trataba de un típico fallo en el entendimiento entre
padres y adolescentes, parecía estar yéndose de nuestras manos. Sabíamos que
él no era feliz y estábamos frustrados en ver que no éramos capaces de ayudarle.
Nunca se nos pasó por la cabeza que su homosexualidad y nuestra falta de
comprensión originaban el problema.
A menudo pienso en lo que ha sucedido desde entonces; lo veo como un viaje
imprevisto. Nunca tuvimos oportunidad de elegir otra cosa.
El ser imprevisto no significa que no sea bienvenido. Hoy en día podemos decir:
"estamos contentos de saberlo". Hemos sido capaces de apoyar a nuestro hijo en
su viaje. Esperamos que él pueda decir: "Imprevisto, pero bienvenido".
Copyright 1995 Tom Sauerman & PFLAG Philadelphia. Republished with
permission. Hardcopy newly republished in 1995.
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